Todas las calles la luz, los ojos anchos en mis juguetes de plástico.
Luego, cuando la policía cerró la feria, me corte el largo pelo.
Me robaron un perro de orejas cortas, y te llamo en donde fuera que estuvieras.
Te he encontrado, pájaro no volador, celos, llanto o pérdida sin ti, boca americana, gran píldora inminente.
Ahora soy una gata hogareña y obesa.
Enfermería, mi dolorosa contundente lengua.
Viendo el cálido veneno de ratas, encorscarlas a través de la gran cerca de grietas.